La frase “perspectiva de género” es usada con frecuencia —la mayoría de las veces dentro de un tono políticamente correcto, de algo que suena bien y debe usarse.
La definición de perspectiva de género, sin embargo, tiene buenas dosis de vaguedad —lo que merece ser examinado.
Un ejemplo de esa vaguedad es la definición que da el Instituto de las Mujeres del Gobierno de la Ciudad de México:
“Al hablar de la perspectiva de género suele asociarse con un asunto de mujeres. Sin embargo, es un concepto mucho más amplio que alude a la necesidad de acabar con las desigualdades de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres”.
Se trata entonces de sólo una forma de expresar los esfuerzos para igualar derechos entre hombres y mujeres.
En Wikipedia, el concepto es definido con mayor amplitud:
“La perspectiva de género es una categoría analítica que acoge a todas aquellas metodologías y mecanismos destinados al «estudio de las construcciones culturales y sociales propias para los hombres y las mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino» que supone la existencia de una desigual distribución de poder entre géneros en todas las clases sociales”.
Otra forma de decir lo mismo. Perspectiva de género es una manera de hacer análisis sociales y culturales, enfocado a encontrar desigualdades de poder entre hombres y mujeres.
En otra parte, la perspectiva de género es entendida así:
“La perspectiva de género opta por una concepción epistemológica que se aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de poder”.
De nuevo, el elemento “poder” incluido en una forma de analizar las cosas desde la posición de hombres y mujeres.
Quizá la mejor definición de perspectiva de género es la de Aciprensa, que dice:
“La perspectiva de género emerge como una categoría de análisis de la realidad social y política a fines del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI. De contornos difusos y ambiguos, podemos decir que, centralmente, supone una antropología que considera que lo femenino y lo masculino son dimensiones de origen cultural en el ser humano, quitando toda relevancia al dato biológico. De esta forma, la perspectiva de género sería una clave de interpretación de la sociedad que pretende discernir y denunciar los condicionamientos culturales que oprimen a la mujer y a su vez, que promueve iniciativas para liberar a la mujer de esos condicionamientos”.
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